Carlos Romero Deschamps dejó el sindicato petrolero después de 26 años de encabezarlo, “porque no quiere representar un problema que lo perjudique”, dijo a los participantes en la asamblea extraordinaria que aceptaron su renuncia. En su lugar queda el diputado Manuel Limón, que sí garantiza la estabilidad sindical y no “está quemado”, comentan expertos del ramo. Su salida se debe analizar junto con otro hecho de gran importancia: la revisión que se hace actualmente en los más altos círculos del gobierno federal para ajustar la política energética delineada en el malísimo Plan Nacional de Desarrollo, que si bien la reconoce como una palanca estratégica del desarrollo nacional, no dice cómo. Ahí se afirma que en el gobierno de la 4T se busca “establecer una política energética soberana, sostenible, baja en emisiones y eficiente para garantizar la accesibilidad, calidad y seguridad energética”. La diputada morenista Dolores Padierna, vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, explicó que los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 en materia energética, es el “rescate de Petróleos Mexicanos y la CFE para que vuelvan a operar como palancas de desarrollo del país”, lo que implica incrementar la producción de hidrocarburos y sus derivados, restituir las reservas de petróleo y gas natural, y ampliar la infraestructura del sistema eléctrico nacional.

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